He seguido el partido sereno y esperé hasta la definición por penales ya que sabía que la victoria era una cuestión de paciencia. Me dolió la derrota. No entró Messi, una pena. Fuimos más que ellos. Me gustaría que Pekerman siga en la lid de las selecciones nacionales. Dice que es necesario buscar nuevos caminos. No sé si él lo hará, yo sí. Este es mi último mundial. Los he disfrutado a todos. Desde aquel en el que el coche de mi viejo, sentado en el asiento de atrás, escuché por la radio que Hungría había perdido la final con Alemania por 3 a 2 en Suiza. En la etapa previa los húngaros les habían hecho once goles a los germanos.
Desde mi infancia ya van cincuenta años de mundiales. He vivido muchas cosas hermosas y otras dolorosas, pero siempre intensamente. Sólo me queda agradecer los momentos vividos. Los más jóvenes seguirán el devenir y las peripecias del camino a Sudáfrica. Les deseo lo mejor.
La vida continua. No todo es mundial. Ni todo es futbol. Mi vida tiene la dicha de gozar cierta completud. La familia, la filosofía, los amigos, la granja. Queda un vacío, será necesario dibujar algo en él.
El jueves 20 Vélez juega su primer partido del apertura. El único hueco que se debe llenar es el de Gracián. Parece que a Miguel Ángel Russo no lo convence aún el pibe Escudero, ni tampoco Batalla. De todos modos me gustaría saber el estado en el que está Patricio Pérez, un jovencito que prometía.
Realmente fue una sorpresa que el club comprara un mediopunta de 27 años que jugaba en Colón y que ahora viene de Méjico. Me hablaron bien de él, y jugaría por el lateral derecho en lugar de Sena. Con Somoza y Castromán en el club, y esperando una mejora en el estado físico del Roly Zárate, el equipo va a estar arriba.
Seguro que lo pasan por la tele.